viernes, 23 de julio de 2010

Columna: Nada es verdad, nada es mentira...

¿Es justa la justicia?

Por Miroslava Callejas


En verdad ¿es justa la justicia?, es la magistral pregunta que se planteó el Maestro Eduardo Galeano en un artículo que escribió para "La Jornada" el año pasado, sin embargo sigue tan vigente como si se hubiese escrito ayer.

Y es que en nuestro país pasan escenarios que se contradicen, uno tras otro, reiterando la pregunta. Vemos a una Suprema Corte dictar la libertad de los doce presos políticos de San Salvador Atenco a la par que dice que es totalmente constritucional la extinción de la compañía de "luz y Fuerza del Centro" que dejó en la calle a más de 44 mil trabajadores, entonces ¿en verdad en justa nuestro sistema de justicia?

Además que salieron con el chistesito que se reducirán las pensiones a jubilados del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pretendiendo que un pensionado reciba al mes lo que ellos ganan en día y medio.
Y vuelvo a reiterar ¿En dónde rayos se metió la justicia en México?

Nadie tiene una respuesta exacta a esa pregunta, pues vagabundea de un lado a otro acompañada de su gemela: la igualdad. Ambas juegan a las escondidillas es un país en dónde todo esta "patas pa´rriba".

Como comprender el significado de justicia cuando ni siquiera en nustras propias aficiones la ejercemos, pues después de ver al tricolor eliminado de los octavos de final, adoptamos la camiseta de la "Madre Tierra", festejamos la coronación de España como nuevo campeón del mundo como si fuera nuestra, dejando de lado todas las atrocidades que hicieron en México a su llegada hace 500 años.

Asimismo la justicia se ausentó cuando vimos llegar a nuestra selección fémina a cuartos de final en el mundial femenil sub 20 en Alemania en un estadio totalmente vacío; no hubo gritos, no hubo porras, no hubo celebración alguna en el Ángel, no hubo inmutación alguna por parte de los amantes del futbol y es que olvide una pequeña diferencia entre ambas selecciones: una es de hombres estrellas y otra es de mujeres que apenas florecen del capullo, nuevamente nuestra amiga la justicia se sumerge y deja olvidada a la cuadrilla de chicas que están haciendo historia.

Pero no importa, la justicia sigue ahí con su balanza que se inclina más de un lado que del otro, con su vendaje caído que denota las diferencias de género y clase, con su espada caída y cansada de obligarse a sostenerse, ya no puede más, simplemente se pregunta ¿En verdad soy tan justa?

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